Podemos definir el
cuento romántico como un relato en el que normalmente es un narrador omnisciente, en tercera persona,
-aunque también protagonista, como en Los bandoleros de Andalucía-; quien relata una serie de escenas sucesivas
cronológicas que tienen importante carga gramática y diálogos en estilo
directo. Tratan diversos temas, destacando el cuento histórico, también de
amor, humorísticos, morales, fantásticos y de aventuras.
El cuento antes
mencionado, los bandoleros de Andalucía, es un cuento de aventuras que
trata el tema del héroe distinto. Los autores románticos tienen fascinación por
los personajes que se apartan de la sociedad, los marginados, por lo que este
cuento plasma esa idea perfectamente.
José María es el
capitán de unos bandoleros que se dedican a asaltar a los viajeros. El narrador
protagonista, nos cuenta lo que le ocurrió cuando estos bandoleros lo asaltaron
a él y a sus familiares, y cuando a su sorpresa, fue el capitán de esta banda –
a quien creían desaparecido- el que los salvó de las manos crueles de sus
propios hombres.
—¿Es esto lo que yo te encargué? —le
dijo temblando de
cólera—. La partida de José María no
viola mujeres ni maltrata
a los hombres. Si nos hemos echado al
camino ha sido
para vivir, pero no para hacer daño.
[...]
—Vamos —continuó—, todo el mundo va a
devolver lo
que ha tomado. Quien oculte una cinta
siquiera se las habrá
conmigo. ¡A llenar pronto los baúles!
[...]
Pido a ustedes mil perdones por la
conducta de esta gente.
Siempre se han portado bien estos
muchachos, pero ese infame
—añadió señalando al cadáver del Luque—
los perdía.
La sociedad del
romanticismo es un mundo imperfecto, con potencias y nacionalismos. Con la
modernización quedan al margen muchos excluidos. El hombre romántico no se
siente a gusto en este mundo, es una persona insatisfecha, incómoda. Autores
como Víctor Hugo o Espronceda, defienden la libertad del individuo y la
exaltación de los marginados que son víctimas de la sociedad. Así pues,
encontramos en este cuento esa representación del marginado pero además, éste
es un bandido generoso, con una moralidad personal e independiente que se
aparta de los bandidos comunes. Podemos compararlo con el de la Canción del
pirata, de Espronceda, donde se exalta la personalidad de un pirata que
vive al margen de la sociedad y que busca su ideal de libertad.
Es característico de
la literatura del romanticismo la representación total de la realidad puesto
que los autores tienen libertad creadora, son genios creadores cuyo único fin
es ser fiel a la naturaleza, tanto a lo sublime como a lo grotesco, así lo
observamos en este cuento, donde está representado lo más vil de la sociedad y
a la vez la bondad y la generosidad.
Los
autores románticos también publican cuentos en verso, fundamentados en la
leyenda.
El
estudiante de Salamanca,
era en la época un tipo más de cuento. Se publica de forma fragmentaria en
varios periódicos desde 1836-1839. Este cuento legendario en verso está
fundamentado en la leyenda
del estudiante Lisardo.
Esta
obra se desarrolla en un ambiente característico del romanticismo; lúgubre,
fantasmal, como podemos observar en la descripción de los primeros versos “los
vivos muertos aparecen” “se escuchan tácitas pisadas huecas y pavorosas
fantasmas entre las densas tinieblas vagan” y en la última parte de la obra
donde Don Félix es conducido al inframundo donde todo cobra tono fantasmagórico
en un ambiente tenebroso y sobrenatural.
Es
común en las obras románticas el tema amoroso relacionado con el honor y la
venganza por recuperar el honor perdido, puesto que Félix de Montemar, como
buen burlador de mujeres que es, altanero, cruel y osado, enamora a Elvira y
tras conseguirla la abandona, muriendo ésta de dolor por lo que su hermano la
quiere vengar y se reta con Félix. Finalmente ambos mueren (como en Don Juan
Tenorio).
Por
último, como se dijo antes, el autor romántico tiene el único fin de ser fiel a
la naturaleza, por lo que no sigue normas estilísticas, usando Espronceda todo
tipo de estrofas y versos.
Rosa Santiago Salmerón