En la tendencia cuentística desarrollada a lo largo del
Romanticismo una de las notas fundamentales fue el carácter legendario que los
relatos contenían; en esta evocación fantástica era muy recurrente el
tratamiento de seres fantasmagóricos y diabólicos.
Existe una fascinación en la época por aludir a temas
relacionados con la muerte y la desgracia; en múltiples ocasiones se lleva a
cabo a través de la incorporación al relato de seres que tras una dolorosa,
agónica o atroz muerte vuelven al lugar donde habitaron con apariencia
monstruosa para vengarse o realizar fechorías y provocar desgracias.

En ambos relatos se nos presenta primeramente a un personaje
foráneo que acude a un lugar donde acaece una leyenda, que más tarde le será
narrada por un anciano del lugar.
Entonces dará comienzo el relato fantástico donde muerte,
venganza y misterio tomarán las riendas. En el caso de El aparecido es un hombre adinerado quien, tras morir agonizante
tras recibir una coz, se aparece durante la noche por los alrededores de su villa
para atacar a los animales y cometer estruendosas acciones, provocando así el
terror de los vecinos. Cabe decir que esta historia es muy similar
temáticamente a la obra escrita por Washington Irving titulada La leyenda del jinete sin cabeza, donde
es también un ser fantasmagórico quien cabalga por las noches sembrando el
terror en la población.


Podemos añadir que es muy probable que Bram Stoker se
sirviese años más tarde de esta tradición fantástica para elaborar su
celebérrima obra Drácula.
Es, por tanto, reseñable la conexión que se establece entre
los relatos románticos mediante la incorporación de elementos plagados de
fantasía, leyenda y superstición.
Alba González González
No hay comentarios:
Publicar un comentario