El Romanticismo en España se convertirá en un pensamiento
centrado principalmente en el sentimiento del ser humano, debido a las crisis
que asola el país en la época.
El romanticismo influirá en escritores tan trascendentales como José de
Espronceda, Bécquer o Zorrilla, que influidos por la pasión desbocada, harán de
sus obras un hito en la literatura española.
Si nos centramos en el pacense José de Espronceda (1808), decir primero que
se trata de un autor rebelde que profesa una forma liberal del romanticismo, y
después citar algunas de sus obras importantes como El estudiante de Salamanca, El diablo mundo o, su conocido poema, La
canción del pirata.
Cerrando nuestro foco aun más, y atendiendo a su obra El estudiante de Salamanca, veremos que es un claro ejemplo del Donjuanismo tan
imperante en la época. Antecedentes de Don Feliz de Montemar podrían ser El Don
juan Tenorio de Zorrilla, o El burlador de Sevilla.
El mundo de ultratumba, la visión de
su propio entierro… Todo ello visto antes en otras obras, además de la locura
coincidente en los tres personajes, hacen que sean obras cortadas por un mismo
patrón, el romántico.
La novedad viene introducida por que este “Don Juan” (Felix), es un personaje mucho más cínico y rebelde, que no profesa un amor verdadero por Elvira, su amada.
Esta obra acabará con un trágico final donde nuestro protagonista
descubrirá su estado de desgracia (muerte) al besar al espectro femenino
transformado en esqueleto, otro paralelismo con el argumento de otras obras
anteriores.
En definitiva, nos encontramos ante la influencia del “Donjuanismo” y la
repercusión que tuvo este canon de personaje durante una época brillante de la
literatura española: el Romanticismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario