Cuando hablamos del desenlace de la obra “Don Juan Tenorio”
se nos abre una gran cantidad de posibilidades y de interpretaciones. Esta obra
de José Zorrilla está compuesta de dos partes, la primera en una noche de
carnaval de 1541 y la segunda parte en una noche de 1546, como vemos hay un
transcurso de 5 años. Don Juan es la viva imagen de la seducción, es un hombre
que encaja perfectamente con el movimiento de la época “romántico”, aunque él
no esperaba enamorarse de “Doña Inés” que sólo intenta conquistarla por una
apuesta. Realmente la parte que nos resulta relevante para esta entrada, es la
segunda parte de la obra.
Don Juan vuelve a Sevilla y se encuentra con una hecatombe familiar,
el palacio que antes le pertenecía se ha convertido en panteón, y aquí es
cuando empieza el final de la obra, vemos la presencia de la muerte, a través
de lugares como el Panteón o el cementerio, estos lugares son muy propios de
los románticos, ellos buscan la belleza desde otro punto de vista, por ejemplo
lo esotérico, los sentimientos como fuente de pasión y que no dejan razonar a
los personajes, el misterio, la muerte. La interpretación de los fantasma
durante esa comida tan espectral, es un presagio de lo que va a pasar, Don Juan
ya no distingue la realidad de la ficción.
La evolución del personaje a lo largo de la obra es un tanto
ambigua, ya que comenzó siendo un hombre ruin y arrogante, al cual solo le
interesaba la apuesta y finalmente acude a su cita con la muerte, es más no le
asusta porque sabe que es la única forma de vivir su historia de amor con Doña
Inés, debe encomendar su alma para la salvación eterna.
El drama romántico abre una nueva etapa en el teatro, nos
encontramos piezas oscuras, tenues y sombrías que hacen despertar y suscitar la
imaginación a un mundo totalmente distinto. Múltiples obras se escribieron en
esta época y de muy parecida temática, como es el ejemplo de “Don Álvaro y la
fuerza del sino”, se puede encontrar más información sobre esta obra y su vinculación al
romanticismo en la siguiente pagina "aquí". Si habéis leído por encimas las entradas, veréis
que es un poco monotemático es siempre lo mismo, el camino de los amantes en
las obras románticas están destinadas a un final trágico, la muerte de los
amantes, todo se tiñe de sangre y pasión. No pensemos que esto solamente es propio
de esta época, actualmente también se da, lo que llamamos comúnmente “el todo
por amor”.
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