Si atendemos a la
literatura del siglo XVIII de nuestro país y nos centramos en lo que concierne
a la sociedad, podemos encontrarnos con la recurrente aparición de un tópico
propio de la época: el noble inútil.
Poniendo nuestra
atención en el campo de la poesía, se observa su reiterada aparición en las
composiciones de los poetas ilustrados de la época. Podemos contemplarlo, pues,
en el soneto Ciencia de los cortesanos de
este siglo, del Diego de Torres Villarroel, quien nos presenta un conjunto
de versos llenos de sátira y burla al más puro estilo quevedesco, en los que
critica al noble de sus tiempos, ese hombre aristocrático, narcisista, que se
preocupa más de sus apariencias y de mantenerse ocioso que de formarse
intelectualmente.
Esta misma línea crítica podemos encontrarla
también en composiciones como En alabanza
de un carpintero llamado Alfonso, de Cienfuegos. Así pues, este autor se
encarga de plasmar una opinión ya no burlesca del tópico, sino exacerbada, que
une con la temática de la virtud, de manera que dicha condición se había atribuido
hasta la fecha a la nobleza, pero este estamento se encontraba cada vez más
apegado a la vida ociosa y, por tanto, menos preocupado por su virtualidad.
Como contrapunto a los
poemas anteriores hallamos composiciones semejantes a A los caballeros alumnos del Real Seminario Patriótico Vascongado, del
célebre reformista Samaniego. Sus versos, pues, se presentan como un canto que
pretende estimular y alentar a los jóvenes de la época para que se formen, para
que continúen “marchando al templo de Minerva”. Cabe resaltar, además, la
apelación a la figura de Esopo que el escritor hace en sus últimos versos, pues
dicho autor es famoso por sus fábulas, a cuya lectura invita a los jóvenes
pertenecientes al Seminario con el fin de transmitirles enseñanzas
didáctico-morales. Así, la preocupación del poeta por la formación de la
juventud de su época no es de extrañar en tanto que atendemos a su inherente
carácter ilustrado.
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Caricatura de un ilustrado. |
Como podemos observar,
pues, en los primeros dos poemas que hemos mencionado se nos presenta la
temática del noble inútil, mientras que en el de Samaniego podemos encontrar al
precedente de su prototipo antitético. Es decir, habla de los nobles jóvenes que
están en edad de formarse y que deben evitar caer en la desidia y en el pecado
de no educarse. Así, estos ideales son totalmente inteligibles, pues se enmarcan
dentro del siglo de las luces, en el cual se quiso combatir mediante la razón y
los conocimientos contra la ignorancia o el autoritarismo, entre otros, con el
fin de construir un nuevo mundo.
Para concluir, es
preciso resaltar que esta crítica hacia la nobleza inútil del XVIII y la preocupación por la educación que vertieron
en sus composiciones tantos poetas, resulta coherente tan pronto como se
atienden a los preceptos de la ilustración, pues como dijo un erudito de la
época: “Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo
que hace al hombre libre o esclavo”.
Liliana Gago Gómez
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