jueves, 27 de marzo de 2014

La nobleza inútil en época ilustrada

Si atendemos a la literatura del siglo XVIII de nuestro país y nos centramos en lo que concierne a la sociedad, podemos encontrarnos con la recurrente aparición de un tópico propio de la época: el noble inútil.

Poniendo nuestra atención en el campo de la poesía, se observa su reiterada aparición en las composiciones de los poetas ilustrados de la época. Podemos contemplarlo, pues, en el soneto Ciencia de los cortesanos de este siglo, del Diego de Torres Villarroel, quien nos presenta un conjunto de versos llenos de sátira y burla al más puro estilo quevedesco, en los que critica al noble de sus tiempos, ese hombre aristocrático, narcisista, que se preocupa más de sus apariencias y de mantenerse ocioso que de formarse intelectualmente.

Esta  misma línea crítica podemos encontrarla también en composiciones como En alabanza de un carpintero llamado Alfonso, de Cienfuegos. Así pues, este autor se encarga de plasmar una opinión ya no burlesca del tópico, sino exacerbada, que une con la temática de la virtud, de  manera que dicha condición se había atribuido hasta la fecha a la nobleza, pero este estamento se encontraba cada vez más apegado a la vida ociosa y, por tanto, menos preocupado por su virtualidad.

Como contrapunto a los poemas anteriores hallamos composiciones semejantes a A los caballeros alumnos del Real Seminario Patriótico Vascongado, del célebre reformista Samaniego. Sus versos, pues, se presentan como un canto que pretende estimular y alentar a los jóvenes de la época para que se formen, para que continúen “marchando al templo de Minerva”. Cabe resaltar, además, la apelación a la figura de Esopo que el escritor hace en sus últimos versos, pues dicho autor es famoso por sus fábulas, a cuya lectura invita a los jóvenes pertenecientes al Seminario con el fin de transmitirles enseñanzas didáctico-morales. Así, la preocupación del poeta por la formación de la juventud de su época no es de extrañar en tanto que atendemos a su inherente carácter ilustrado.
Caricatura de un ilustrado.

Como podemos observar, pues, en los primeros dos poemas que hemos mencionado se nos presenta la temática del noble inútil, mientras que en el de Samaniego podemos encontrar al precedente de su prototipo antitético. Es decir, habla de los nobles jóvenes que están en edad de formarse y que deben evitar caer en la desidia y en el pecado de no educarse. Así, estos ideales son totalmente inteligibles, pues se enmarcan dentro del siglo de las luces, en el cual se quiso combatir mediante la razón y los conocimientos contra la ignorancia o el autoritarismo, entre otros, con el fin de construir un nuevo mundo.


Para concluir, es preciso resaltar que esta crítica hacia la nobleza inútil del XVIII  y la preocupación por la educación que vertieron en sus composiciones tantos poetas, resulta coherente tan pronto como se atienden a los preceptos de la ilustración, pues como dijo un erudito de la época: “Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”.



Liliana Gago Gómez

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